miércoles, 25 de agosto de 2010

KINELOCURA II

kinelocura y más
He aquí otra de mis jugadas para la Revista de Umenidades


a las finales estamos todos locos
  
Por Profesor Zoronka

Cuando conocí el documental San Clemente, una película de Raymond Depardon y Sophie Ristelheuber que transcurre en un recinto siquiátrico de Italia y que sigue la historia de una agrupación de familiares que se organizan para el mejor trato de sus pacientes, tuve que escribir un trabajo para una asignatura de la universidad. Esto coincidió con las primeras experiencias de Juan y Rai en la UME. En dicho trabajo advertía en el texto –y subrayaba– nuestra vasta estupidez humana, nuestra tendencia a la destrucción del planeta para que unos cuantos se llenen los bolsillos de esa abstracción estúpida llamada dinero, de nuestro avance tecnológico para destruir lo que nos ha dado la Tierra, de nuestra ingenua y malévola idea de justicia (la justicia del poderoso), y en fin, de la plaga que somos; todo ello apuntando a señalar que las condiciones de vida en que viven los pacientes de los hospitales mentales son pobrísimas e indignas, sea en Italia o en Chuchunco, a indicar que si tratamos en cárceles como a criminales a personas que sólo son distintas me parecía una genialidad más de nuestra raza humana racista y con tendencia a la homogenización. El trabajo que escribí se llamaba ¿Sanatorio social? Si pueden, queridos lectores, consigan o bajen la película, a mí me cambió la perspectiva respecto al tema de la salud mental.

Pensaba que en la UME me iba a encontrar algo similar a lo de San Clemente, donde algunos pacientes son verdaderos personajes del teatro del absurdo, pero no fue así. Recalcaré que las personas que descubrí ahí son normales a mi criterio, con esa pizca de cuática que tienen todas las personas. Fumadores empedernidos como todos los de afuera, contando excepciones. Con los mismos problemas existenciales, como quien enloquece cuando pierde la pega y se queda sin paga, como quien espera recibir su pensión estatal de 75 lucas, esperando vivir con eso una quimera.
Pero ¿quién vive con 75 lucas? ¿Un funcionario de la burocracia estatal en paro? ¿Un político? ¿Un profesor, un funcionario de la salud pública? O mejor aún: ¿un gran empresario? ¿Alguien que tiene pacto con el diablo? ¿Un sumo pontífice? Jesús mismo no podría hacer milagros con ese turrito de billetes. Una pensionada por discapacidad tiene que vivir con eso, una abuelita montepiada. ¿A quién le paga la cuenta Chilquinta por los recursos que ocupa para generar su electricidad? (Agua y carbón) ¿A quién le paga la cuenta del agua sin procesar ESVAL? ¿A Dios? ¿Al Estado? Meeee. ¿No ven que es pa largo la lista de locuras? Pero sólo algunos pasan y pasan los días en el Salvador. ¿Se imaginan si tuviéramos un Salvador para nuestra sociedad? ¿Qué patología nos diagnosticaría?

Quiero terminar esta amarga editorial con dulzura, manifestando que echamos de menos en el taller a distinguid@s colaborador@s que han sido dados de alta o trasladados: Paty Campos, Carlos, Isabel Pena, salud para vosotros. Y a nuestros actuales colaboradores, les decimos que trabajemos más para que nuestra revista sea un hito que nos demuestre que algo de loco hay en cada uno, que hay que aprovecharlo. Aquí estamos todos locos. Salud por eso, justamente, hermanos.


En Revista de UMEnidades nº 5 El Nublao



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