sábado, 24 de julio de 2010

SISMO DE 8.8 GRADOS DEJA A LA VISTA VALPORE



Hola nuevamente, ahora les dejo una presentación que escribí para la novela VALPORE de Cristóbal Gaete. Esta fue leída en el marco del Segundo Seminario de Literatura Chilena Contemporánea, que se llevó a cabo en junio de 2010.


Valpore

Cristóbal Gaete

Editorial Emergencia Narrativa

75 pags





Sismo de 8.8 grados deja a la vista Valpore

El lanzamiento al público de la novela Valpore fue aplazado debido al sorpresivo movimiento de la Tierra en estas latitudes. Eso para mí fue un signo. La actividad se realizó finalmente el 25 de marzo de este año en la Piedra Feliz, coronado por unos temas de Los Monos Brutos, un grupo que la mayoría de las veces ahuyenta al público con su puesta en escena y sus canciones estridentes. Pero el libro estuvo listo antes del terremoto y Cristóbal ya me había regalado una copia. Para ese 25 de marzo yo fui a La Piedra con el libro leído. Después que vimos a Los Monos, nos fuimos a la casa del Antonio a tomar algo. Entre tantas personas que había no pude decirle a Gaete lo que me había pasado con su novela. Cuando me regaló el libro pude leerlo con entusiasmo. Cristóbal hacía tiempo ya que me lo había enviado por mail, pero leer en esa pantalla del computador es tortuoso luego de un rato. Siempre preferiré el libro. Por eso es importante publicar, una preocupación constante de este autor.

Es difícil leer con objetivad cero lo que escriben tus amigos, y eso debe ser un punto importante a considerar en las palabras que se vienen. Ustedes saben cómo es eso, hay que hacerlo con cuidado y sin fanatismo por el amigo. Nunca antes he presentado al público un libro recién parido, y eso es otro punto importante a tomar en cuenta. Intentaré contarles lo que me hizo pensar Valpore, que a pesar del terremoto maremoto que nos estremeció el 27 de febrero, no se derrumbó como la mitad del Almendral y que por el contrario vio la luz y emergió como una posibilidad desde donde mirar Valparaíso.

I: La fauna litoral.

La primera vez que leí algo de Valpore, fue cuando lo vi en Ciudad Invisible como ganador de un concurso literario. Era el capítulo llamado Con sus hermosos labios hinchados de pasta base, un título que inevitablemente me invitaba a leerlo. Me sorprendí. Era fresco. Me asombraba que eso fuera escrito por un periodista. El narrador era enigmático. Como un flaite lanzao al máximo, pero con conciencia social, medio anarco, que habitaba la zona cero de Valpo, alguien que sobrevivió la explosión de la calle Serrano y sabe quiénes la provocaron. Cuando leí la novela completa me di cuenta que ese narrador sin nombre es en cierta medida un stalker que nos pasea por la interzona. Alguien escapado de Naked Lunch. Un chamán en potencia de la pasta base, los paraguas y el vino tinto. Una persona de plaza Echuarren, donde están nuestros más auténticos espectros, nuestros amados viejos curaos. La plaza donde de vez en cuando se aparece el chivato o la PDI supervisando que todo el circuito turbio funcione. Narrador merodeador que se pasea por todos los lugares de Valparaíso y que reconoce toda la diversidad, a la que le ha sacado el rollo. Seguramente tiene estudios inconclusos en la universidad y sin duda había leído muchos libros.

Los otros dos personajes que aparecen también son de la misma familia. El Pulpo y la madre, dos cabros que seguramente hemos visto carreteando por ahí, muertos, tirados en la plaza o afuera del supermercado, pasados a vino y a pichí. Un loco que las agarra todas y una chica medio adolescente que quedó preñada de quién sabe quién. Son espectros, vienen de algo que se parece a Montedónico o Puertas Negras pero potenciado. Unos personajes que no me son del todo agradables. Lo más seguro es que si carreteara con ellos me avisparía y libraría apenas pudiera. Gente de Valpore, el cerro subterráneo del Patrimonio.

Me llama la atención el vínculo entre Valpore y Don Guillermo, aquella novela de Lastarria que transcurre también en Valparaíso, donde el protagonista, Guillermo Livingstone, es raptado por el chivato y conducido y encerrado en el país de El Espelunco, bajo la ciudad. Es un gesto compulsivo eso de mostrar la ciudad que no se ve, ese puerto que esconden los medios oficiales y que como buena medida lo descubre la literatura, como lo hizo Lastarria o Pezoa Véliz, como lo está haciendo ahora Gaete.

Los demás personajes que aparecen son igualmente reconocibles en cualquier ciudad: punkies, neonazis, conspiradores misteriosos, policías internacionales corruptas, pedófilos, putas, borrachos, travestis, gringas y gringos, unos franceses a los que les roban su hijita, mostros pasturris, gárgolas, mujeres estupendas que salen del mall, chicas maltratadas por sus padres sebosos y la guagua que es una caja de vino. La fauna típica del litoral pero con un buen toque de grotesco. Como el pulpo drogo que encumbra su carrera política o el doctor que logra clonar nuestras más miserables actitudes y reproducirlas en las calles como un castigo ejemplarizador.

II: Una ciudad en ruinas.

Después del terremoto quedó en evidencia la precariedad que sí es nuestro patrimonio. Como si el epicentro hubiera sido lo que el personaje Rastelli tenía escrito en la frente: Valpo te voy a hacer tira. La idea es mirar la ciudad así, y complacerse. Me pregunto cómo no iba a moverse un poquito la Tierra si elegimos un presidente de derecha. No aprendemos. La miseria de los reductos marginales seguirá creciendo y los mostros algún día tomarán el control de la ciudad. Llegará el tiempo en que excitados por la pasta base los nuevos zombis levantarán sus consignas sobre los escombros. Valparaíso Hardcore, Valpo Gore. Métale reguetón y villera, con alcalde de derecha y todas las autoridades de derecha, una ciudad en la que ya asentaron su feudito. Patrocinados por la tele, que es la verdadera y más eficaz droga, de la que emergerán los especímenes más atemorizantes.

Las casas apuntaladas con un árbol, los ascensores pendientes de un riel, el mercado puerto a puerta cerrada, el supermercado en la plaza de los borrachos, La Matriz ruinosa, los cabarets, la calle Brasil, el Laberinto del Minotauro, todos lugares comunes de un puerto de capitanía general que se parece mucho a la realidad, pero que están ahí al ladito en la ficción como lugares poco comunes. Valpore ha dado que hablar y todos han advertido lo mismo, lo que se presenta es el reverso de la postal patrimonial.

Unos lugares comunes que están siendo observados por las cámaras de seguridad que han sido sistemáticamente instaladas en nuestras calles, por los ojos atentos de las autoridades. Una ciudad en la que es difícil identificar a los verdaderos mostros que aparecen en medio de la niebla aparente, cargando mochilas con millones de pesos. Llegarán indefectiblemente a Valpore, por cualquier camino, y serán reducidos a su propia ruina. Ojalá. O llegará un piquete de las fuerzas especiales de los Sea Harrier y nos sacará la mierda.

III: Qué importa que todo esté en llamas.

Cuando leí el final de Valpore me acordé del final de La senda del perdedor, la novela que más me gusta de Bukowski. Ese donde Henri pierde una pelea de video juegos con un jovencito. Me quedé con esa misma sensación de derrota aceptada, de destino cumplido. Cómo va a cambiar el destino de una ciudad o de un país un pobre angustiao. Ni con los grandes ladrillos de paraguayo ni con los papelillos de pasta ni con esa coca pateá con bicarbonato ni con diez mil cañas de vino se puede cambiar el destino de nuestras vidas, dominados por las cúpulas de los poderosos políticos y su dinero.

Tomemos Cariben, fumemos lo que sea, un pope, cualquiera cosa. Subamos a la micro a ninguna parte, cerremos el diario y durmamos, como el protagonista de esta novela. O mejor no, salvémonos de esos miserables escribiendo sobre la importancia de derrocarlos, de quitarles sus canales de tele, de hackear sus cuentas bancarias y dejarlos en cero. Qué otra cosa que escribir podemos hacer si no nos da el cuero para manejar un auto bomba en contra del congreso. Podemos calmados ir al Roma y tomar unas pílsen.

Para más información acerca de VALPORE visiten http://www.liricaurbana.blogspot.com/

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